El clásico tuvo muchos momentos que en otros partidos no se ven y que generaron malestar en el rival en varios pasajes del encuentro.
Todo comenzó con los fuegos artificiales y luego las luces de vengala que pausaron el juego y que pudo haber llevado a la suspensión de la misma, pero dentro de la cancha luego del gol de Roly Sejas para Blooming sus compañeros comenzaron a perder minutos, tras choques y se quedaban tendidos en sobre el césped, esto desesperaba mas al rival que quería llegar al empate.
El árbitro adicionaba los minutos perdidos y Oriente intentaba apresurarse pero Blooming por el contrario procuraba enfriar el partido para asegurar los puntos, los pasa pelotas también tuvieron su contribución porque provocaron al cuadro refinero y en alguna jugada Thiago Dos Santos en modo de protesta dio un empujón fuerte a uno de ellos al buscar la pelota y el roce que hubo determinó la expulsión del joven que alcanzaba los balones.
Pero no solo fueron los jugadores, los pasa pelotas, sino también los integrantes del cuerpo técnico de Erwin Sanchez quienes ingresaban a la cancha y caldeaban los ánimos de los jugadores de Oriente que para esas alturas se veían desesperados por alcanzar el gol.
Al final toda la tensión que se fue acumulando durante los cien minutos de juego terminó en la pelea que se armó en la cancha con golpes entre los jugadores de uno y otro equipo.
Todo comenzó con los fuegos artificiales y luego las luces de vengala que pausaron el juego y que pudo haber llevado a la suspensión de la misma, pero dentro de la cancha luego del gol de Roly Sejas para Blooming sus compañeros comenzaron a perder minutos, tras choques y se quedaban tendidos en sobre el césped, esto desesperaba mas al rival que quería llegar al empate.
El árbitro adicionaba los minutos perdidos y Oriente intentaba apresurarse pero Blooming por el contrario procuraba enfriar el partido para asegurar los puntos, los pasa pelotas también tuvieron su contribución porque provocaron al cuadro refinero y en alguna jugada Thiago Dos Santos en modo de protesta dio un empujón fuerte a uno de ellos al buscar la pelota y el roce que hubo determinó la expulsión del joven que alcanzaba los balones.
Pero no solo fueron los jugadores, los pasa pelotas, sino también los integrantes del cuerpo técnico de Erwin Sanchez quienes ingresaban a la cancha y caldeaban los ánimos de los jugadores de Oriente que para esas alturas se veían desesperados por alcanzar el gol.
Al final toda la tensión que se fue acumulando durante los cien minutos de juego terminó en la pelea que se armó en la cancha con golpes entre los jugadores de uno y otro equipo.